FERRAN ANDRÉS I Valencia Basket se juega esta tarde su billete hacia las semifinales del Playoff ACB ante el FC Barcelona en el tercer partido de la serie. Pero sobretodo seguir manteniendo vivas las opciones de Euroliga, un objetivo convertido en obsesión tanto desde el club como desde su entorno desde que aquel fatídico 5 de abril se dejara escapar en la final de la Eurocup ante el Unicaja.
De nuevo ante el espejo de La Fonteta. Se viene hablando mucho estos días de cómo responderá la afición, de su reacción ante los distintos escenarios que presentará el partido, pero creo que eso no es lo importante. La actividad –o no- de la grada es importante pero a mí me preocupa mucho más cómo llegan los jugadores y el cuerpo técnico, el corpus del club. Su mentalidad y por supuesto su estado físico.
Tras la derrota del jueves en Barcelona, Pedro Martínez dejaba caer unas valoraciones bastante contradictorias respecto al encuentro de hoy: ‘’Será un partido bonito de jugar, aunque el que pierda se llevará una gran decepción’’. ¿Bonito de jugar? Más bien dramático. Para el perdedor será la constatación de un año para olvidar. No entiendo este tipo de declaraciones y desconozco si pretenden quitar presión a sus jugadores, pero desde luego desprenden menos preocupación de la deseada ante una temporada donde se ha vuelto a fallar en todos los momentos decisivos.
Y este es un factor que habrá que analizar en el club. Siempre se consigue llegar a finales, estar entre los mejores, batir récords. Y cuando llegan los momentos decisivos se falla. La sensación es de estar embarcados en un ‘déjà vu’ constante de esos que dices ‘’esto ya lo he vivido yo’’. Un ‘‘déjà vu’ de decisiones calcadas o casi calcadas durante el curso que conducen a los mismos resultados. Y el convencimiento de que se ha firmado una temporada aseada porque se ha hecho un buen playoff. Se necesita ilusión para volver a enganchar a la gente, una victoria ante un Barça que quiere volver a levantarse.
El problema de perder hoy –por mucho FC Barcelona que esté enfrente- reside en que quedarse sin la posibilidad de Euroliga después de la temporada realizada (dos finales de dos posibles) sería algo difícilmente asumible, más cuando este año se dispone de dos vías de entrada como hace mucho tiempo que no se recordaba.
Ante este maremoto me formulo varias preguntas extrapolables a una futura reflexión del club: ¿Es Pedro Martínez el entrenador ideal para el club?, ¿Sería necesario apostar definitivamente por una plantilla larga o, en su detrimento, realizar fichajes para cubrir la bajas que vayan surgiendo?
Esta tarde, de momento, ganemos. Seguro que con el billete para la próxima Euroliga en el zurrón la reflexión se hace mucho más sencilla y apetecible.
El Show de la Canasta 